Esta es la verdadera cara de TVE.
La cadena pública, sufragada con el dinero de todos los contribuyentes españoles, dedica su canal infantil a espacios no solo de dudoso gusto, sino que además invaden unas competencias y unas franjas de edad que ponen en tela de juicio el servicio que debe prestar a la comunidad.
Preguntarle a unos niños si se sienten más cómodos llevando faldas o pantalones o meterles a capón en sus mentes los diferentes tipos de sexualidad que existen no es, precisamente, lo que se espera de un canal infantil como es Clan.