Agárrense a la silla, que vienen curvas.
Como ya sabrán, la inflación se ha disparado hasta el 9,8%, su cifra más alta desde que en España gobernaban Adolfo Suárez y Felipe González.
En la práctica, eso significa que son ustedes, que somos todos, un 10% más pobres que hace un año.
Y no se aflijan. El socialista Sánchez no va a recortar ministerios, despedir asesores o aparcar el Falcon.
Se limitará, como ya ha hecho hoy, a echarle la culpa a Putin y a pedir que nos apretemos el cinturón.
Todo, mientras aumenta en un 28% la partida destinada a publicidad institucional, el dinero del contribuyente con el que se pagan los favores a las cadenas de televisión amigas y a los tertulianos del pesebre.
Y en estas circunstancias, coincidirán conmigo en que descubrir que en el departamento de la vicepresidenta Yolanda Díaz se había destinado un millón de euros a comprar carne, marisco, bollos y vinos resulta ofensivo y deja patente lo poco que le importan las penurias de los españoles a los dirigentes de PSOE y Podemos.
Dice la comunista Díaz, que han cancelado el pedido porque tenía ‘defectos de forma’. Mentira.
Lo han anulado, porque les hemos pillado.
Y además no aclara cómo pueden tener la caradura de gastarse un pastón en solomillos y otros productos de lujo, que su colega Garzón, el ministro más inútil de Occidente, intenta prohibirnos desde su ministerio.
Antes de que se me pase y por su relevancia quiero hacer mención a la disparatada reforma en Educación, que sacan adelante Sánchez y compinches y en la que no habrá Religión ni Filosofía, pero si mucha perspectiva de género.
Va a dar igual el número de suspensos, se suprimen las calificaciones numéricas, no se estudiará la Conquista de América, y ‘lo esencial es que el alumnado conozca el funcionamiento de su propio cuerpo, desterrando ideas preconcebidas y estereotipos sexistas’.
Desaparecen las raíces cuadradas o los logaritmos, pero se potencia el reconocimiento de la contribución de las matemáticas ‘al desarrollo de los distintos ámbitos del conocimiento humano desde una perspectiva de género’.
Manda huevos.
Y como remate, quiero comunicarles que el PSOE, ha pedido en la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso legalizar el cannabis, con el argumento de que hay ‘demanda social’.
Resumiendo. Usted anda con el agua al cuello, no sabe cómo va a llegar a fin de mes, ve todo cada día más caro y reclama soluciones.
Y el Gobierno Sánchez le responde anunciando que a partir de ahora les darán a sus hijos clases masturbación en la escuela y que, usted, para aliviar las penas, podrá echar mano de la marihuana o el hachís.
Patético.