A pesar de que el torero sufrió una cornada en el muslo y que la herida quedó abierta y sangrando, el diestro no dudó en levantarse y rematar la faena, ante una plaza completamente asombrada por su templanza y compromiso. Su padre, que esperaba a las puertas de la enfermería, le demostró su cariño y orgullo con un gesto que queda para el recuerdo.