Irene Montero es un peligro para la democracia. Calentita todavía la aprobación de la 'Ley del Sí es Sí' por el Congreso de los Diputados', no cesa la indignación popular. A partir de ahora, cualquier varón objeto de una denuncia falsa por una mujer cabreada, aunque se demuestre a posteriori que es inocente, podrá ir, de momento, a 'tomar el sol a cuadros' y sufrirá la destrucción de sus relaciones familiares, laborales, económicas y sociales porque verá cómo su nombre y reputación caen arrastrados por el barro hasta que un juez no dictamine, en sentencia firme, su inocencia.

Este salvaje atentado a la democracia es lo que han consagrado las gentes de Podemos: la ministra de Igualdad, Irene Montero, su secretaria de Estado Ángela Rodríguez, y periodistas como Ana Pardo de Vera, que han acusado impunemente de maltratador y abusador a Rafael Marcos, expareja de la indultada María Sevilla, expresidenta de la asociación 'Infancia Libre'. Sevilla fue condenada a dos años por un delito de sustracción de menores menores sobre su hijo menor.

Pero el sistema, en España, se ha vuelto loco, y en vez de ir por la madre, van contra el inocente, el padre.
La buena noticia es que Rafael Marcos no está solo. Un grupo de abogados como Guadalupe Sánchez han iniciado un 'crownfunding' con el fin de recoger fondos para que Rafael dispongan de recursos económicos para ejercitar acciones legales contra las citadas y conseguir restablecer su reputación.

¿Qué será lo próximo, Irene Montero? ¿Llevar a un cadalso en Sol a todos los varones que no os caigan bien?