Los habitantes de la localidad de Saint-Pierre-la-Garenne (Francia) han observado con estupor la presencia de un ejemplar de beluga nadando por el curso del río Sena en su región. Este animal, propio de climas árticos se ha desviado y emancipado de su grupo hasta adentrarse 160 kilómetros al interior del país a través del río. Ahora se encuentra entre dos esclusas, localizadas a unos 80 kilómetros de París.

Tras haber constatado que responde a estímulos, los veterinarios han tratado de alimentarla con pescado, pero el cetáceo ha rechazado el alimento. Ahora quieren estudiar si se encuentra enferma o por falta de energía. El tiempo que el animal puede sobrevivir a este tipo de aguas se agota y los especialistas estudian todas las posibilidades para sacarla hacia el océano. El siguiente paso del plan será tratar de inyectarle vitaminas para que reúna fuerzas para la difícil misión. La dos posibilidades que se manejan en este momento serían guiarla a la desembocadura o sacarla del Sena para transportarla, aunque esta última parece muy complicada. 

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