A lo largo de las últimas décadas, nuestra sociedad se ha visto inmersa en un fuerte proceso de transformación tecnológica y digitalización, que también ha llegado a la agricultura. Hablamos de los últimos avances en agrotecnología como pueden ser los sistemas de información a través de Big Data o la utilización de drones en el campo, innovaciones que buscan dar soluciones y respuesta a los retos a los que se enfrenta la agricultura tradicional. El cambio climático amenaza también a la agricultura, en especial a los cultivos de regadío, de ahí la importancia de implementar estrategias de riego de precisión y utilizar herramientas que optimicen el uso de un recurso cada vez más escaso como es el agua. Muchos son las avances que en los últimos cinco años han provocado, y provocarán en los próximos años, una revolución en la agricultura como un pulverizador inteligente con la capacidad de detectar la mala hierba y aplicar el herbicida en tiempo real y, lo que es más importante, de forma precisa. No cabe duda de que la ciencia y la tecnología son dos aliados imprescindibles para garantizar el futuro del sector agrícola y su sostenibilidad, para que, de esta forma, siga siendo un sector que es motor de desarrollo económico y social.