No sé si a ustedes les ocurre pero yo, personalmente, estoy hasta el último pelo de esa doble moral de la izquierda y del papanatismo patrio con el que muchos asumen el viejo dicho tan español: lo ancho para unos y lo estrecho para otros. Venía escuchando una tertulia radiofónica en la que han dedicado, no ya diez minutos sino veinte, a un rapero al que una conocida marca deportiva, Adidas, ha rescindido sus colaboraciones por lanzar en algunas de sus letras mensajes interpretados como antisemitas.
¿Esto es inadmisible? Seguramente sí. Sin ánimo de defender a tarados así, quiero llevar a su ánimo la doble moral de la que hablo. En Parla, ha sido noticia estos días una pastelería en la que se han comercializado pasteles con la tumba de Isabl Díaz Ayuso. La que se ha montado en Twitter ha sido 'pequeña'. Lo llamativo es que miles de tuits, pura escoria, han hecho mofa del asunto, y han recordado incluso que Ayuso sería responsable de no sé cuántos miles de muertos durante la pandemia en la Comunidad de Madrid. Nunca se acuerdan de quien era vicepresidente de Asuntos Sociales del Gobierno, Pablo Iglesias.
¿Tenemos que seguir acobardados ante esto? Estos son los que luego se rasgan las vestiduras cuando cuatro botarates hacen gamberradas en un colegio mayor.