El recorte acordado por la Organización de los Países Exportadores de Petróleo acaba de entrar en vigor y no hay que tener muchas luces para calcular las consecuencias de su impacto: baja la producción de crudo, sube el precio del barril. Y con el precio del barril, sube la inflación, los precios de transporte y alimentos, y el descontento popular. ¿Por qué tensar tanto esta situación cuando no dejan de hablar de la crisis energética y petrolera? Porque ese es el realpolitik saudí. Bloomberg l