El periodista y fundador de WikiLeaks aguarda la decisión sobre su posible extradición a EEUU encerrado en la cárcel de Belmash, conocida como “el Guantánamo británico”. Si fuera enviado a EEUU, se enfrentaría a una condena de 175 años de prisión, lo que supondría de facto que moriría encerrado. En las últimas semanas, una ola de solidaridad con Assange ha llegado de dirigentes latinoamericanos como Petro en Colombia, Lula da Silva en Brasil o López Obrador en México. También los medios internacionales que en 2010 publicaron el Cablegate han firmado una carta de apoyo a Assange exigiendo su libertad.