La cultura de la violación permite que, como sociedad, toleremos formas de violencia contra nosotras que resultarían intolerables en un mundo igualitario y libre. El caso del futbolista acusado de agredir a una mujer en el reservado de una discoteca, ha destapado los mecanismos de legitimación y justificación de la violencia machista en los medios de comunicación, en el deporte y entre los hombres que quieren que el mundo siga siendo el sitio donde hacen lo que les da la puta gana. El movimiento feminista ha venido a cambiarlo todo.
Por Irantzu Varela