Son para echarlos de comer aparte.
Un grupo de fanáticos activistas que se hacen llamar Futuro Vegetal la liaron parda este 30 de enero de 2023 en el Congreso de los Diputados al aprovechar una de las habituales visitas turísticas que se hace en el edificio para salirse del grupo y dar la nota.
Estos elementos, que pertenecen al grupo que ya dejó su impronta hace algunas semanas, a finales de 2022, en el Museo del Prado (Madrid) pegándose a los cuadros de Las Majas de Francisco de Goya y en diciembre de 2022 cortando durante varios minutos la M-30 en plena operación salida por las Navidades, volvieron a reclamar su minuto de gloria.
A sabiendas de que el edificio de la Cámara Baja forma parte del patrimonio histórico, los tres integrantes acudieron con un plan perfectamente pergeñado.
Dos de ellas, Alba y Marina, fueron directamente hacia la tribuna de oradores para pegarse en el micrófono dispuesto en el atril.
Mientras, un tercero, Bilbo Bassaterra, se fue hasta el sillón presidencial, el que ocupa Meritxell Batet, la regidora del Congreso de los Diputados, para desplegar una pancarta con el nombre de este colectivo supuestamente ecologista, al tiempo que también se adhería al micrófono de la presidenta de la sede parlamentaria.
Los equipos de seguridad de la Cámara Baja actuaron con celeridad y lograron despegar a las dos jóvenes del micrófono, si bien el tercero, cuando era desalojado del salón de plenos tuvo que hacerlo con el micro en sus manos.
El objetivo de este grupúsculo, que es una asociación que deriva de Extinction Rebellion otra organización ecologista surgida en paralelo a Fridays for Future, el movimiento que promovió las huelgas escolares contra el clima de Greta Thunberg, fue protestar contra la subvención del Gobierno de España de la industria ganadera.