La inestabilidad política en Libia ha propiciado el aumento del tráfico de personas, convirtiéndola en uno de los puntos de partida más importantes para los migrantes que intentan llegar a Europa. La Unión Europea registró 102.500 entradas irregulares en su frontera exterior por la ruta del Mediterráneo Central en 2022. Esto supone un aumento de más del 50% respecto al año anterior.