Hace más de dos décadas la vida de Inés Fernández Ortega, indígena mep’haa, se vio trastocada por completo. A su comunidad en la Montaña de Guerrero incursionaron militares que allanaron su domicilio y abusaron de ella sexualmente como método de tortura., Inés rompió el silencio, caminó siete horas de Barranca Tecuaní a la cabecera municipal de Ayutla para denunciar lo ocurrido y desde entonces no ha parado en exigir justicia.