Las declaraciones de José Luis Rodríguez Zapatero iban a traer cola.
Que el expresidente del Gobierno reconociera las vinculaciones entre ETA y EH Bildu puso patas arriba el tablero de la actualidad en España.
En la tertulia política en 'Herrera en COPE', Carmelo Encinas se erigió en una especie de Don Quijote, solo contra todos.
Y es que el tertuliano progre, fiel a sus principios, quiso defender la legitimidad del partido de Óskar Matute y Mertxe Aizpurúa e intentar vender al resto de la mesa, encabezada por Carlos Herrera, que ya la etapa de ETA era algo del pasado y completamente enterrada.
Encinas aseveró que:
Los de EH Bildu tienen una representación legítima y me guste o no lo que digan están ahí en el Parlamento y esta es la única manera posible y la que deseamos todos, que dejasen de matar, que tengan una representación y que jueguen una baza política. Ahora tampoco puedes estar continuamente demonizándolos.
Ignacio Camacho, columnista de ABC, se llevó las manos a la cabeza ante ese apelativo:
Pues creo que sí hay que demonizarlo porque su proyecto y su pasado sigue siendo demoníaco.
Encinas concedió que su pasado podía haber sido demoníaco, pero como siempre puso paños calientes a la cuestión:
Su pasado es demoníaco, su proyecto político no puedo estar más en desacuerdo con él, pero su representación es legítima y la democracia es así, nos guste o no.
Jorge Bustos criticó que Pedro Sánchez haya optado por asociarse con los herederos políticos de ETA:
Tú puedes deslegitimar o legitimar esa estrategia, pero Sánchez ha escogido lo segundo por interés parlamentario y se apoyó en ellos para aprobar los Presupuestos.
Encinas, erre que erre:
Su estrategia política no se la legitima nadie, ¿qué parte de los Presupuestos ha cambiado EH Bildu? ¿Ha introducido algún elemento que conduzca a la independencia del País Vasco? La respuesta es no.
Bustos intentó aclararle lo obvio:
El mero apoyo ya les proyecta como partido de Estado y como partido poderoso.
Visto que por ahí no podía Encinas, puso encima de la mesa el comodín del acercamiento de presos, pero no el que han venido realizando Pedro Sánchez y Fernando Grande-Marlaska en esta legislatura, sino José María Aznar (PP).
Carlos Herrera, harto de escuchar los argumentos falaces de Encinas, le aclaró en breves segundos las ideas a su tertuliano:
El acercamiento es una forma de garantizarles una libertad antes del tiempo que les corresponde gracias a que se le da la llave al PNV. El mecanismo es perfecto. Yo (Sánchez) les acerco, te doy la llave y tú les abres. El problema, Carmelo, no está en legalizarles, el problema está en asociarse con ellos, que es una indecencia.