La generación Z no bebe tanto alcohol en los conciertos como las generaciones anteriores.
Esto preocupa a los propietarios de salas de conciertos, ya que las ventas de alcohol siguen disminuyendo en los espectáculos en directo.
Un estudio de 2020 reveló que el consumo de alcohol ha disminuido entre los adolescentes y los adultos jóvenes durante la última década.
La generación Z, en particular, es la que registra el descenso más significativo.
Esta tendencia está afectando a los ingresos de los locales, ya que los espectáculos dirigidos a la Generación Z recaudan hasta un 25% menos que los dirigidos a generaciones mayores.
Algunos atribuyen este cambio a la atención prestada a la salud mental y a la preferencia por las drogas frente al alcohol.
Además, el aumento del precio de las entradas y el estancamiento de los salarios contribuyen a la disminución de la renta disponible de los asistentes a los conciertos.
Los propietarios de los recintos se enfrentan ahora al reto de encontrar fuentes de ingresos sostenibles para garantizar su viabilidad financiera en el futuro.