La carne es una de nuestras principales fuentes de proteína. Una muy buena opción, además de saludable, es la carne magra. Según las normas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, para ser considerada carne magra debe ser un filete de al menos 100g que contenga menos de 10g de grasa y 4,5g o menos de grasa saturada. La dietista Amy Goodson sugiere algunos trucos para cocinar la carne de forma saludable. Las líneas blancas que se ven en la carne son grasa intramuscular. Goodson recomienda quitarlas para reducir la ingesta de grasa. Además, se debe cortar la grasa de los laterales ya sea antes o después de cocinar la carne. Elige métodos de cocción con poco aceite, como la parrilla, en vez de freír. Esto ayuda a eliminar el exceso de grasa. Si deseas reducir tu consumo de sodio, prueba a marinar la carne con hierbas como el romero o el tomillo. También es importante tener en cuenta con qué acompañamos la carne. Verduras asadas, ensaladas, arroz o quinoa son buenas opciones de acompañamiento ricas en nutrientes. Cada tipo de carne tiene beneficios nutricionales únicos dependiendo de los niveles de hierro, sodio, magnesio, potasio, vitamina B12 y otros nutrientes importantes. Las piezas de carne magra contienen los nueve aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo no puede producir por sí mismo.