Era de esperar.
El circo de los pinganillos en el Congreso de los Diputados iba a tener consecuencias.
Que 350 parlamentarios que se entienden perfectamente en castellano tengan que recurrir a unos pinganillos porque a un político del PSOE le apetezca hablar en gallego cuando siempre lo ha hecho en el idioma de Cervantes es, sencillamente, surrealista.
Por esa razón, la portavoz del Grupo Parlamentario VOX en la Carrera de San Jerónimo, Pepa Millán, pidió la palabra y visto que la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, le negó la misma, todos los componentes de la formación de Santiago Abascal abandonaron el salón de plenos, no sin antes dejar los pinganillos sobre el escaño de Pedro Sánchez.