Israel y Hamás están en guerra. El ataque sorpresa sobre territorio israelí desde la franja de Gaza es el más grave desde 1973.

No es una guerra nueva, es la guerra de siempre, la que nunca se ha resuelto, en un territorio donde el enfrentamiento y el odio se ha cronificado durante años y años. Donde nadie ha hecho nada para la convivencia y donde los intereses geopolíticos juegan un papel determinante, olvidándose, casi siempre, de las personas.

El estallido de violencia de estas últimas horas no se entiende sin la violencia constante y soterrada que marca el día a día en esa zona, eso también era guerra, aunque no le prestamos atención. Ahora se ha recrudecido.

Y esta nueva guerra, que nunca es oportuna, llega en el peor momento: con el presupuesto de Estados Unidos paralizado por los conservadores, con la guerra de Ucrania en un impasse, con Europa pendiente de sus propios problemas, con la inmigración y los precios.

Todavía hay combates en 7 puntos

El Ejército israelí bombardeó intensamente durante la noche 500 objetivos de las milicias palestinas en Gaza, mientras continúan los combates dentro de Israel en al menos siete puntos donde todavía hay milicianos.

"Durante la noche, aviones de combate, helicópteros, aviones y artillería de las Fuerzas de Defensa atacaron más de 500 objetivos terroristas de Hamás y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza", afirmó un portavoz militar.