Cuesta adivinar que puré tienen en el cerebro los ‘progres’, pero la realidad es que la izquierda española y sus compinches siempre apuestan por los facinerosos.
Víctimas de una mezcla ponzoñosa de ignorancia, sectarismo y frustración, nunca dejan pasar la ocasión de abrazarse a la causa equivocada.
Este 12 de octubre, Día de la Hispanidad, la ministra Ione Belarra, aseguró que España debería "plantearse seriamente" dejar de conmemorar su Fiesta Nacional "en el aniversario de un genocidio”.
No por esperada es menos chusca la explosión de fobia antiespañola que se ha producido coincidiendo con el 530 Aniversario del Descubrimiento de América.
La ERC del atolondrado Rufián ha exigido el fin de los desfiles “imperialistas”.
Los racistas de Junts, a la espera de la amnistía a Puigdemont, han dicho que los "los genocidios no se celebran”.
Elcano, primer navegante que dió la vuelta al mundo, era de Guetaria. Urdaneta nació en Villafranca de Ordiziava. Lope de Aguirre, en Oñate. Legazpi, en Zumárraga. Garay, en Orduña. Martínez de Irala, en Vergara y Juan de Zumárraga, fundador de la Universidad de México, en Durango; pero los atocinados del PNV dicen que su "única patria" es ‘Euskadi’.
¡Manda huevos!
No es descartable que, si Sánchez renueva en La Moncloa y el siniestro ‘Ministerio de la Verdad’ echa raíces, nos muevan la Fiesta del 12 de Octubre al 17, para hacerla coincidir con el cumpleaños de Pablo Iglesias.
Y que la Calle Mayor de Madrid, donde en 1906 lanzaron contra la carroza real un ramo de flores con bomba, que mató a 25 personas y dejó 100 mutilados, pase a llamarse Calle Mateo Morral, en honor del terrorista que intentaba asesinar a Alfonso XIII y Victoria Eugenia, cuando volvían de la Iglesias de los Jerónimos, donde se habían casado, al Palacio Real.
Lo de estos, además de miseria moral, es de psiquiatra.
Los terroristas de Hamás perpetran una matanza de civiles y ellos condenan a Israel y ondean banderas palestinas en la Puerta del Sol.
Los mismos que van de feministas feroces y coalición arcoíris, apoyan facciones que tratan a la mujer peor que al burro y reciben alborozados ayuda financiera de los psicóptas que despeñan homosexuales de las azoteas, cuando no les da tiempo a ahorcarlos en las grúas.
Y aplauden a un torturador como el chavista Maduro o sintonizan con un bellaco como el sandinista Ortega, a quien su propia hijastra acusó de violación y abusos sexuales reiterados.
Se me olvidada decirles que todos estos garrulos son socios privilegiados de Pedro Sánchez, jefe y amo del PSOE.