La demencia es un diagnóstico temido, pero no tenemos por qué resignarnos a nuestro destino, porque hay formas de gestionar y afrontar los retos que nos plantea.
Un estudio de la Universidad de California ha descubierto que los rasgos de la personalidad pueden influir en el riesgo de desarrollar demencia.
Los científicos afirman que esto está relacionado con la reserva cognitiva de una persona, una resistencia a la demencia que viene determinada por factores relacionados con el estilo de vida y la personalidad.
Para aumentar la reserva cognitiva, se puede empezar por reunirse más a menudo con amigos y familiares y llevar una vida social activa, ya que es un ejercicio para la mente.
También será beneficioso dedicarse a un nuevo pasatiempo, ya que supondrá un reto para el cerebro y lo mantendrá activo, ayudando a crear resiliencia contra la demencia.
El consumo de alimentos procesados y ricos en azúcar puede dificultar el funcionamiento cerebral, por lo que es útil optar por una dieta equilibrada y antiinflamatoria.
Por último, el sueño profundo regular y los movimientos oculares no rápidos ayudan a eliminar toxinas y a mantener las conexiones neuronales en la formación de la memoria.