Para los pobladores de la zona donde se empezó a construir el nuevo aeropuerto no están en riesgo grandes ganancias, sino sus casas, la salud de sus hijos, sitios arqueológicos y el entorno natural. En un recorrido por las inmediaciones del megaproyecto del gobierno de Peña Nieto se recogieron las voces de los afectados. Ellos sufren agresiones de grupos de choque, presiones de empresas y demandas amañadas de abogados para que cedan esas partes de su vida al “progreso”, representado por la devastación de cerros y terrenos.