En 1994, Rodrigo Pony Ruiz llegaba al futbol mexicano con el Puebla, un fichaje que ni siquiera él se imaginaba lo grande que llegaría a ser; se convertiría en el máximo asistidor del balompié azteca con 199 pases para gol, ayudando a Jared Borgetti y Matías Vuoso a ganar bicampeonatos de goleo. Para lograrlo tuvo que superar retos complicados desde su niñez, como el reírse del bullying y aprender a comunicarse con sus padres sordomudos.