Las maniobras de Rusia para eludir las sanciones son cada vez más sofisticadas, según expertos.
Los buques fantasma diseñados para eludir el embargo petrolero de Occidente contra Rusia realizaron cientos de viajes en diciembre.
Estos buques, en su mayoría sin propietario claro y sin seguro, no sOlo son una fuente de financiación para el Kremlin, sino también un peligro para la navegación y el medio ambiente.
A pesar de las sanciones, Rusia se las ha arreglado para utilizar una opaca red de empresas tapadera e intermediarios.
Recientemente, Estados Unidos incluyó en su lista negra 14 petroleros pertenecientes a la naviera estatal rusa Sovcomflot.
La flota fantasma crece y los expertos advierten de los considerables riesgos medioambientales que suponen los buques anticuados y mal mantenidos, que a menudo desconectan el sistema de identificación automática para evitar ser detectados.