Un Congreso anegado de barro. Fue la imagen que proyectó este miércoles el hemiciclo en la sesión de control al Gobierno. El caso Koldo como munición de Alberto Núñez Feijóo —y después de Santiago Abascal— contra Pedro Sánchez, y el hacha de vuelta por parte del presidente: exigió al líder del PP que se atreva a pedir la dimisión de Isabel Díaz Ayuso por el caso del presunto fraude fiscal de su novio, denunciado por la Fiscalía. "Aunque le cueste el puesto". Pero Sánchez no se detuvo solo ahí: sacó a la cara a su oponente su pasada relación con el narcotraficante Marcial Dorado. Empleó toda la munición posible.