Otras cuatro acusaciones de los juzgados de Arizona señalan a un total de 14 personas más que también habrían participado en estas actividades y que están pendientes de juicio. En el marco de la operación 'Ávila' se han imputado un total de 53 cargos penales por compra y tráfico de armamento.
Las pesquisas apunta a que entre septiembre de 2009 y diciembre de 2010 estos individuos planificaron la compra de cientos de rifles --incluyendo AK-47-- para exportarlos ilegalmente a México. Ninguno de los sospechosos tiene licencia de compra y venta de armas y actuaron como "compradores hormiga", esto es, aseguraron que querían dichas armas para su uso personal.
"Nuestra oficina tiene el compromiso de detener el flujo ilegal de armas a México", ha subrayado el fiscal federal para Arizona, Dennis K. Burke, en el momento de dar a conocer el operativo ante la prensa. En su opinión, "lamentablemente el enorme tamaño de esta operación ejemplifica la magnitud del problema". "Los capos de la droga en México van a Arizona para comprar de armas de guerra", añadió en declaraciones recogidas por el diario mexicano 'El Universal'.
El 'número dos' de Burke, Lanny A. Breuer, ha señalado que estas detenciones son "pasos importantes" del Departamento de Justicia estadounidense para frenar el tráfico de armas en la frontera entre Estados Unidos y México.
El agente especial del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) en Phoenix, Bill Newell, subrayó por su parte el papel que desempeña el cártel de Sinaloa "para adquirir ilegalmente grandes cantidades de armas en Arizona".