El vocero de la Procuraduría General de la República, Ricardo Nájera, confirmó que fueron encontrados los cuerpos de 59 personas en ocho fosas clandestinas en el Ejido de San Fernando, Tamaulipas, donde en agosto pasado, la delincuencia organizada ejecutó a 72 migrantes centroamericanos. Los primeros estudios señalan que los cadáveres son de personas mexicanas.
El Presidente Felipe Calderón “condenó enérgicamente” los hechos de violencia.
La Presidencia de la República refirió que Calderón instruyó a la Secretaría de Gobernación a que analice, en coordinación con las autoridades estatales, la situación que se vive en San Fernando.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició una queja de oficio e investiga el presunto homicidio de las 59 personas.
La PGR inició una averiguación previa para coadyuvar en las investigaciones con la Procuraduría local.