La absolución de George Zimmerman, acusado de matar al joven negro Trayvon Martin, que caminaba desarmado la noche del 26 de febrero de 2012, reabrió el debate racial y multiplicó las protestas en Estados Unidos, mientras entidades pro derechos civiles presionaron al Departamento de Justicia para que presente cargos federales contra el ex vigilante de origen hispano.