El Papa Francisco condenó el asesinato de los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, quienes fueron asesinados por un comando armado que irrumpió el 18 de septiembre en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en la ciudad de Poza Rica y los privó de su libertad. En una misiva enviada al obispo de Papantla, José Trinidad Zapata Ortiz, el pontífice manifestó su firme condena a todo atentado a la vida y la dignidad de las personas. Asimismo, envió sus condolencias por las muertes de Jiménez Juárez, párroco de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, en Poza Rica; y del vicario José Alfredo Suárez de la Cruz. “El Santo Padre expresa su más sentido pésame a vuestra excelencia, así como al clero, comunidades religiosas y fieles de esa querida diócesis, a la vez que ofrece sufragios por el eterno descanso de estos sacerdotes de Cristo, víctimas de una inexcusable violencia”, destacó. Asimismo, Su Santidad exhortó al clero y los agentes pastorales de la diócesis a continuar con energía su misión eclesial, a pesar de los obstáculos y siguiendo el ejemplo de Jesús. En la misiva, difundida por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y firmada por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, el Obispo de Roma se dijo profundamente apenado por estos hechos y hace llegar a los familiares de los víctimas su cercanía en tan dolorosa prueba. “El Papa Francisco imparte a dicha comunidad eclesial la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza cristiana del Señor Resucitado”, finalizó.