Si eres fan de las películas de dibujos animados, entonces tienes que conocer Las aventuras del príncipe Achmed. Es una película casi centenaria, pero que, al mismo tiempo, conserva mucho de su vigor y de su frescura inicial. Dudo que exista un director de dibujos animados que no la tenga entre sus favoritas. Tiene, entre sus muchas virtudes, la de enseñarnos las infinitas posibilidades que el cine de animación posee. En un tiempo en que los recursos tecnológicos eran limitadísimos, Lote Reniger, su director, nos dio la gran lección, que prevalece hasta nuestros días: en el cine de dibujos animados, lo principal es la imaginación, el talento para volver creíble un mundo increíble, el talento para, a partir de unos cuentas siluetas coloreadas y manipuladas manualmente, crear todo un mundo de sueños y aventura.