La muerte a manos de la policía de un joven de 17 años ha desatado protestas en todo París. Nanterre, un suburbio a unos 13 kilómetros de la capital francesa, fue el centro de las tensiones. Las protestas pacíficas se transformaron en disturbios al incendiarse varios vehículos y edificios. Se lanzaron fuegos artificiales cerca de una comisaría y se desplegaron agentes antidisturbios para sofocar la violencia. Según los informes, se detuvo a más de 30 personas.