Un corredor de 71 años tiene suerte de estar vivo después de que un oso le arañara la cara. El incidente ocurrió en un sendero de montaña de Asheville, Carolina del Norte. Al doblar una esquina, Bill Palas se topó con un osezno negro e inmediatamente supo que estaba en serios problemas. En ese momento, una mamá osa intentó proteger al osezno y corrió tras él. La osa arañó entonces la cara y el pecho de Palas.