Aunque se trate de voluntad divina, las lágrimas de desconsuelo terminan acompañando a la lluvia. La difícil decisión de no salir se explica por el altísimo valor artístico de las figuras. Tallas y pasos con siglos de historia que terminan así cubiertos con aparatosos plásticos y chubasqueros cuando se atreven a desafiar la previsión. Imágenes que en las redes terminan convertidas en memes a veces demasiado ingeniosos.