No fue el día más atinado en la vida de Íñigo Martínez.
El central del Fútbol Club Barcelona no supo mantener la templanza necesaria cuando, al abandonar el entrenamiento y ante un requerimiento no cumplido de un aficionado para que le firmase un autógrafo, escuchó un "tonto".
El jugador vasco, que iba conduciendo su propio vehículo, lo detuvo a pocos metros de la Ciudad Deportiva del Barcelona, Joan Gamper, y salió con ademanes poco tranquilizadores a la hora de dirigirse al joven que había proferido el menosprecio:
La última vez que me llamas tú tonto, ¿me has oído? La última vez que me llamas tonto, ¿has oído?. La última que me insultas. Y tu amigo lo mismo. Te aviso. La última. Y no vayas de chulo, porque me cago en Dios.