Las autoridades de Iowa proseguían las labores de búsqueda y rescate tras el mortífero tornado que azotó el estado, devastando la ciudad de Greenfield y matando a un número indeterminado de personas.
Kimberly Ergish, de 33 años, dijo que cuando sonó la sirena reunió a sus cuatro hijos y se fue a la habitación del sótano. "Se hizo mucho silencio y luego mucho ruido, y entonces todo desapareció". Los objetos cayeron sobre ellos.
"Fueron como 10 segundos de puro terror", dijo. "Me pareció que duró toda la vida".
Todos escaparon con heridas leves.
El miércoles, Ergish y su marido rebuscaban entre los escombros de la que fuera su casa, en busca de fotos familiares y otros objetos que pudieran salvar. No quedaba mucho, reconoció.
"La mayor parte ha desaparecido", dijo. "La mayor parte no podemos salvarla. Pero sacaremos lo que podamos".