Cuando Cuco Valoy tenía 14 años tomó la decisión de venir a trabajar a la Capital. Su niñez en el sector San Miguel de Manoguayabo había transcurrido entre juegos, tocar la tambora para divertirse y una escasa educación escolar, aunque sí una vasta formación hogareña.
Su padre fue un hombre muy conversador, que siempre habló con sus hijos (12 vástagos) y eso lo heredó de él, replicándolo en su familia.