Las contradicciones de Sabag Montiel quedaron a la orden del día. El acusado dijo y reafirmó que no necesitaba ser financiado para llevar delante el atentado por que él "tenía una casa, cinco autos y plata". Luego, entre los motivos que enunció por la cual había decidido asesinar a la expresidente mencionó que la gota que revalsó el vaso fue que debió salir a vender copitos de algodón. “En lo personal me sentí humillado”, relató quien se jactaba de tener dinero de sobra.