La pesca tiene sus sinsabores, pero también sus alegrías. Demetrio Silvestre se llevó una de las grandes en su visita al río Ucero. Una trucha de más de tres kilos y 70 centímetros picó y acabó en la sacadera de este pescador. Los mayores del lugar y los parroquianos del lugar no recordaban un 'pepino' de este tamaño. Hubo vídeo, fotos y devolución al agua, que la pesca sin muerte permite que otros compañeros acudan al río con la ilusión renovada.