Pedro Sánchez escribió una ‘epistola a los gilipollenses’ y se tumbó a la bartola cinco días, cuando se enteró de que el juez imputaba a Begoña por corrupción.
Su hermano músico, sin necesidad de redactar carta alguna y soltero de toda la vida, lleva cinco años rascándose la barriga.
Lo del tal David Azagra es apoteósico.
Nunca en la historia de la Administración española un empleado publico había disfrutado de un estatus como el del hermano del amo del PSOE.
Por resumirlo brevemente, lleva el paisano un lustro haciendo lo que le viene en gana, cobrando como un marqués y sin necesidad de presentarse en el puesto de trabajo, con el beneplácito de la Diputación socialista de Badajoz.
Y no sólo goza de licencia para ausentarse, sino que hasta alteraron su contrato inicial, para que no hubiera incompatibilidades y pudiera disfrutar de otro empleo, cobrando regularmente -eso si- los 53.000 euros de sueldo público.
Esto último, según los sumisos socialistas y los periodistas de la ‘Brunete Pedrete’, no fue para agradar a Sánchez sino para que el músico adquiriera más ‘experiencia y pericia’ de cara a su cargo directivo en la Diputación.
Tanto descaro, insolencia, desfachatez, descoco y caradura tenía que reventar por algún lado.
Era sólo cuestión de tiempo que a la juez se le agotara la paciencia.
La magistrada Beatriz Biedma, titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, mandó este miércoles a la Guardia Civil a registrar el presunto despacho de Azagra.
Digo ‘presunto’, porque el hermano de Sánchez, que teóricamente vive en la vecina Portugal y no paga impuestos en España, ni aparecía por allí.
En cualquier caso, coincidirán conmigo en que esta banda anda muy coordinada.
Apenas enterarse Marlaska de que la UCO registraría la supuesta sede del hermano de Sánchez, dio órdenes a comisario Alberto Carba, obediente responsable de la comisaría del distrito Centro de Madrid, de montar un aparatoso dispositivo policial y detener al cantante y compositor Nacho Cano.
El objetivo del despliegue y del arresto e interrogatorio ‘chekista’ de los artistas mexicanos del musical Malinche no era otro que fabricar un titular para intentar tapar el del día siguiente.
Les ha funcionado sólo a medias y creo que el abuso, propio de otras latitudes y otros regímenes políticos, se les volverá en contra.
Al marido de Begoña sólo le falta ya un primo trincón para redondear el retrato familiar.
Su mujer, imputada por tráfico de influencias y corrupción, tendrá que peregrinar a los juzgados este viernes 19 de julio.
Su hermano, inmerso en una causa por tráfico de influencias, malversación, prevaricación y fraude a Hacienda y a la Seguridad Social, no tardará en sentarse en el banquillo.
Y él, repartiendo ‘paquetes’ de MENAS por las regiones gobernadas por el PP y alistando sanciones para cerrarnos la boca a los periodistas que no le bailamos el agua.