Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París han pedido disculpas por una escena de la ceremonia inaugural que representaba una versión moderna de ‘La última cena’ de Leonardo Da Vinci.
Thomas Jolly, director artístico de la ceremonia, negó todas las acusaciones de parecido con el cuadro después de que los espectadores señalaran las similitudes entre ambos.
La representación contó con un grupo de drag queens, con Barbara Butch en el centro, bailando al son de la música y vestidas con atuendos artísticos.
Como oda a la moda francesa, en la escena aparecía un hombre casi desnudo pintado de azul como el dios griego Dionisio, lo que molestó aún más a algunos espectadores.
“Está claro que nunca hubo intención de faltar al respeto a ningún grupo religioso (...) Creo que (con) Thomas Jolly, realmente intentamos celebrar la tolerancia comunitaria. Viendo el resultado de las encuestas que hemos compartido, creemos que esta ambición se ha conseguido. Si alguien se ha sentido ofendido, lo sentimos muchísimo", declaró Anne Descamps, portavoz de los Juegos Olímpicos de París.
Numerosos grupos cristianos y católicos, entre ellos la Conferencia Episcopal Francesa y el obispo Robert Barron, han expresado su descontento, por considerarlo una burla a su religión.
C Spire, uno de los patrocinadores de los Juegos Olímpicos de este año, también se ha retirado debido a la polémica actuación.