La película aborda el hecho más trascendente y controversial desde la invención del Séptimo Arte: la desaparición del fílmico. Lo que para mucha gente pareciera ser simplemente el resultado de la evolución tecnológica, trae consigo paradojas y contradicciones que ponen en peligro el patrimonio fílmico y aceleran su deterioro. En este contexto, revalorizar lo analógico se vuelve una necesidad. El fílmico ha durado más de cien años, bien conservado puede llegar a ser eterno y en plena era digital está ganando nuevos adeptos.
Crédito: Fermín Rivera, Emiliano Penelas