Desde una lata de bebida, el coche que se envía al desguace, el cobre escondido en la electricidad de las casas o un viejo ordenador. Todo ello contiene metales que se pueden recuperar y reciclar infinidad de veces, ahorrando consumo energético. Cuando el hierro, el aluminio o el cobre se funden, su vida empieza de nuevo.
Existe hay una minería distinta, una mina urbana que está en los vertederos, en las chatarrerías o en las plantas donde tratan los residuos eléctricos y electrónicos. La basura de los aparatos que funcionan con pilas o electricidad, es la que crece más rápido, la más deseada por los traficantes ilegales de residuos y la más difícil de reciclar, porque contiene materias primas críticas en cantidades microscópicas.