Kamla Harris ya es la candidata del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Exactamente un mes y un día después de que Joe Biden renunciara a presentarse a la reelección por las presiones de su partido, la sucesora que él designó ha aceptado formalmente la nominación.
Lo ha hecho ante una audiencia entregada, con las señas de identidad de su mensaje, que ha revitalizado al Partido Demócrata: alegría - como contraste frente al permanente alarmismo de Trump -, espíritu de lucha - para marcar la diferencia respecto a la letárgica campaña de Biden - y la promesa de que "no vamos a ir hacia atrás", de nuevo en relación al marcado conservadurismo de Trump y de su candidato a la vicepresidencia, JD Vance.