El director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha alertado contra la posibilidad de un segundo Chernóbil -la mayor catástrofe nuclear ocurrida en 1986- al realizar su primera inspección a la central rusa de Kursk, amenazada por los ataques ucranianos contra dicha plantas nucleares junto a la de Zaporiyia, donde la situación se ha agravado «considerablemente».