En los años 90, el restaurante Dallas era el lugar de moda en San Isidro y un lugar de encuentro para la farándula argentina, ubicado en una de las zonas más caras del barrio. Sin embargo, un crimen por celos cometido por su dueño en 2003 marcó su destino. Tras el asesinato de un joven, el local cerró y nunca más logró prosperar. Hoy, el edificio permanece abandonado y lleno de ratas, y los vecinos esperan que se convierta en un nuevo emprendimiento inmobiliario para revitalizar la zona.
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