#DesdeDondeSea #PérezPirela #Colombia #Duque #Chávez #4F
Colombia se obsesiona con Venezuela mientras
padece con las masacres y la pandemia (+Pérez Pirela)
Colombia atraviesa una crisis múltiple, que abarca violaciones a los derechos humanos, masacres cotidianas, resultados desastrosos en materia de Covid-19, casos deplorables de impunidad, como el de Álvaro Uribe Vélez y un evidente fracaso en la política contra las drogas. Pero las autoridades de ese país y sus medios de comunicación se empeñan en desviar la mirada hacia el otro lado de la frontera y culpar a Venezuela de todos sus males.
Tal fue el planteamiento desarrollado por Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea, dedicado a analizar la situación colombiana, agravada ahora por la derrota de Donald Trump, a quien el gobierno de Iván Duque había apostado todo su capital político.
“Lo de Colombia son muy malas noticias. El país que se vende como una superdemocracia, que supuestamente lucha por restablecer la libertad en Venezuela, está sumido en una crisis grave de derechos humanos. Tan solo el martes asesinaron a 14 personas en diferentes hechos, aparentemente aislados entre sí. Según la Fundación Ideas para la Paz, en lo que va del presente año se han registrado ya diez masacres que dejan hasta el momento 36 víctimas mortales. Por regiones, las más afectadas siguen siendo Antioquia, Cauca y Nariño”, expuso el filósofo y comunicador.
Según Jaime Fajardo Landaeta, exconsejero de Seguridad de Antioquia, “esta situación estaba prevista que sucediera, y así se les había advertido al Gobierno nacional y a los gobiernos locales: que vendría una ofensiva seria después de la desmovilización de la guerrilla de las FARC y una sangrienta disputa territorial”.
El 2 de febrero, la Policía Nacional informó que fueron capturadas 229 personas, desarticuladas 10 estructuras criminales del clan del Golfo, el Gaor 36, los Chivos y los Chapas, entre otras. Este procedimiento corresponde a labores de la Operación Cazador que cuenta con el apoyo de la Fiscalía General y se desarrolla en al menos 20 departamentos de Colombia, entre ellos Antioquia, Cauca, Nariño y Norte de Santander.
“Esta es la Colombia de Duque y de Álvaro Uribe, la Colombia del paramilitarismo, la misma que pretende dar clases de derechos humanos a otros países. Aquí hemos criticado el incremento de las masacres y hemos insistido en que ocurren bajo la responsabilidad del Estado colombiano que actúa por detrás de ellas, como es costumbre en ese país, a partir del paramilitarismo y con la metodología de la mosquita muerta. Hacen de todo, pero escondidos. Así es Colombia”, enfatizó.
Señaló que la represión y los asesinatos de líderes sociales y de excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) son una política gubernamental, más allá de los funcionarios designados en los cargos de responsabilidad en este campo. “Acaba de fallecer por coronavirus el ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, y ahora llega uno nuevo, con ínfulas guerreristas, como si esas ínfulas hubiesen solucionado algo. Duque designó para el cargo a uno de sus funcionarios más cercanos, Diego Molano, quien es el tercer jefe de la cartera de Defensa en dos años y medio de gobierno, después de Holmes Trujillo (2019-20) y del empresario Guillermo Botero (2018-19)”.
Indicó que Molano fue director del Departamento Administrativo de Presidencia desde octubre de 2019. Es miembro del Centro Democrático, partido de ultraderecha en el poder, y sus discursos iniciales dan claras señales de que será más de lo mismo, pues se comprometió a fortalecer la lucha contra las organizaciones que se nutren del narcotráfico, a defender el medioambiente y apoyar el proceso de vacunación contra la Covid-19. “Puros chistes porque no va a hacer nada contra el paramilitarismo; el medio ambiente le tiene sin cuidado y el gobierno de Duque no tiene plan de vacunación alguno”.
Molano dijo: “Sepan estos grupos narcocriminales que no les vamos a dar tregua". Se refería al Clan del Golfo, al Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida en el país, así como a los disidentes del pacto de paz firmado en 2016 con las FARC”.
Reiteró Pérez Pirela que la realidad de Colombia es que el gobierno de Duque se enfrenta a una cascada de cuestionamientos a su política de seguridad frente a los focos de violencia alimentados por el tráfico de drogas, que se han recrudecido en diferentes regiones del país.
La impunidad de Urib