¿Cómo la COVID desató una guerra energética mundial? Pérez Pirela analiza precios, golpes y bloqueos

La Iguana TV 2024-09-04

Views 0

#DesdeDondeSea #PérezPirela #Petróleo #Energía #Litio #COVID
“Todo tiene que ver” es la premisa de la que partió Miguel Ángel Pérez Pirela para analizar las relaciones entre el estado actual de la pandemia de Covid-19, el avance de la vacunación y las perspectivas de la economía petrolera mundial.
En una nueva entrega del programa Desde donde sea, el especialista en filosofía política profundizó en las no siempre evidentes conexiones entre las confrontaciones globales por el dominio de las fuentes de energía actuales y futuras y eventos políticos como los golpes de Estado, los bloqueos y la imposición de sanciones con el argumento de la defensa de la democracia.
“Hay una relación determinística, causal, entre la pandemia de Covid-19 y la energía; entre el éxito de las vacunas y la consecuente reactivación de la economía mundial y, por ende, de la demanda petrolera y del precio del petróleo. Y en el contexto de esta crisis sanitaria se están moviendo las piezas mundiales para determinar quiénes serán los nuevos dominantes y los nuevos dominados, sobre la base del control de la energía, tal como ha ocurrido a lo largo dela historia”, expresó.
El mercado petrolero enfermo de 2020
La conexión directa entre la pandemia y la actividad económica, específicamente la del sector petrolero, se observó con claridad en 2020, cuando los países productores tuvieron que regalar esta mercancía, una de las más caras del mundo, y hasta pagar para que los consumidores se llevaran el crudo, porque no tenían espacio para almacenarlo.
La “enfermedad” del sector petrolero fue tan evidente que el precio, por primera vez en la historia, se cotizó en negativo. Llegó a comercializarse a -37,63 dólares, es decir que cayó por un precipicio como uno de los primeros efectos tangibles de la pandemia en la economía.
“Ahora, cuando se ha ido estableciendo una nueva normalidad en la que está presente la Covid-19, hay un aceleramiento de la incertidumbre en materia energética –sostuvo Pérez Pirela, y pronunció algunas de las preguntas que se están haciendo los expertos en la materia-. ¿Cómo se comportará ahora la economía global y, por tanto, la demanda energética, una vez superado el bache de la pandemia? ¿Qué esfuerzos estarán dispuestos a hacer los estados emergentes para que la actual recesión y la crisis energética no afecte únicamente a las mayorías, a los más pobres?”
Citando a algunos de esos analistas especializados, planteó que 2021 es un año especialmente sensible. “Los objetivos climáticos de la transición energética entran en colisión con un panorama geopolítico de creciente rivalidad entre las tres potencias globales, Estados Unidos, China y Rusia, que coinciden en ser además las megapotencias energéticas del momento”, reseñó.
“Comencemos por lo positivo: cuando se estudian los precios del petróleo crudo frente al desarrollo de vacunas para la Covid-19, la OPEP se muestra optimista. Desde la reunión ministerial de abril de 2020, los países de la OPEP+ (los miembros más los países aliados, entre ellos Rusia) han ajustado la producción de petróleo en un total de 2 mil 100 millones de barriles, estabilizando el mercado del petróleo y acelerando el proceso de reequilibrio. Tres socios de la OPEP, Venezuela, Irán y Libia, han estado exentos del compromiso de reducir sus extracciones debido a las caídas involuntarias de su industria petrolífera causada por diversas razones, varias de ellas relacionadas con agresiones imperiales, como la guerra, los bloqueos y las sanciones”.
Mencionó las observaciones del Comité Ministerial Conjunto de Supervisión de la OPEP, que ha dicho que "el despliegue gradual de las vacunas en todo el mundo es un factor positivo para el resto del año, que impulsará la economía mundial y la demanda de petróleo".
Pero la Agencia Internacional de Energía (AIE) prevé para 2021 que la demanda de petróleo tardará más tiempo en recuperarse ya que los nuevos confinamientos en varios países pesan sobre las ventas de combustible. De cualquier modo, los recortes serán menos drásticos de lo que se anticipaba en 2020. En el primer trimestre, el recorte se ubicará en 300 mil barriles diarios, en vez de los 600 mil barriles proyectados previamente.
También para 2021 se espera que la producción estadounidense disminuya en otros 300 millones de barriles al año. El aumento del precio podría conducir nuevamente a un incremento de la producción de petróleos de esquisto, el célebre fracking que tanto impulsó Donald Trump, con el perjuicio

Share This Video


Download

  
Report form
RELATED VIDEOS