El Departamento de Comercio de Estados Unidos propone prohibir la venta e importación de vehículos inteligentes con tecnología china o rusa por motivos de seguridad nacional.
La normativa propuesta suscita preocupación por las posibles amenazas cibernéticas, incluido el pirateo remoto de conductores estadounidenses.
La prohibición se aplicaría a los vehículos a partir del año 2027 para el software y de 2030 para el hardware, pero no afectaría a los coches ya en circulación.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, subrayó que se trata estrictamente de una medida de seguridad nacional y no de una política comercial proteccionista.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, se ha hecho eco de los riesgos de piratería informática y ha advertido de posibles trastornos en infraestructuras críticas.
Las autoridades chinas han rechazado las acusaciones, criticando a Estados Unidos por sus acciones discriminatorias.
El anuncio se inscribe en un esfuerzo proteger la seguridad nacional, la economía y a los trabajadores estadounidenses del sector.
Estas medidas, especialmente en el disputado estado de Michigan, ponen de relieve el compromiso de la Administración con la seguridad y la fabricación nacional.