Ya advertía su última película, La habitación de al lado, que la muerte, digna en ese caso, había encontrado un hueco preponderante en el imaginario actual de Pedro Almodóvar. Y su discurso en el Palacio Kursaal como agradecimiento al Premio Donostia que el Festival de San Sebastián le ha otorgado por su carrera, apenas unas semanas después de llevarse el León de Oro en Venecia, lo ha dejado patente al menos en lo profesional.
"Para mí el cine es una bendición o una maldición, no intuyo otro tipo de vida que escribir y dirigir sin pausa. He pensado mucho en el día que me fallen las ideas, el físico o mi propia mente, incluso ese día, seguiré haciendo películas, aunque sean malas películas, pero estoy dispuesto a eso porque lo contrario es el vacío", ha asegurado el cineasta manchego, en un acto que ha contado con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez. El director ya había bromeado con el término Mister Handsome que se utiliza "en Europa y Estados Unidos" para referirse al dirigente socialista.