"Ningún asesinato tiene justificación, pero éste... menos. Porque no lo atracaron. Ni siquiera discutieron. No pasó nada. Lo mataron porque sí". El sector del taxi entremezcla estos días una sensación de tristeza y expectación tras el asesinato de Isidro, el taxista español de 62 años que falleció ayer miércoles en Alcalá de Henares.