Los expertos en sostenibilidad afirman que cada año se cultivan en Estados Unidos unos 2.000 millones de kilos de calabazas.  

 Sin embargo, la mayoría de estas calabazas se tiran, lo que es malo para el medio ambiente.  
 Los residuos de alimentos en los vertederos crean metano, un gas de efecto invernadero que es mucho peor para el medio ambiente que el dióxido de carbono.  

 Por eso es importante no tirar las calabazas a la basura y utilizarlas o compostarlas en su lugar.  
  Las pipas de calabaza pueden tostarse en el horno y añadirles sal o especias para obtener un tentempié sabroso y nutritivo.  

 Mientras que las virutas de calabaza pueden convertirse en puré de calabaza, que luego se puede utilizar para la tarta de calabaza u otros deliciosos productos horneados.  

 La piel de las calabazas también puede asarse y convertirse en patatas fritas; no olvides añadir un poco de sal y utilizar tu salsa favorita.